La locura que encharca mis pulmones, el despertar de un futuro que todavía no conozco.
Dejamos atrás los miedos, en el cuarto oscuro del pensamiento. Dejamos atrás todo lo que hicimos, lo que éramos, para volver a inventarnos. Sobre las nubes, con pequeñas cucharadas de realidad, con un sorbo de amargura.
Pero salimos adelante. Peleamos contra nuestros monstruos, los que ya no se esconden entre nuestras sábanas, los que nos atormentan desde nuestro fuero. Salimos al exterior, a un mundo inhóspito que nos hizo perder el aliento, que nos golpeó hasta no sentir los huesos, que quería acabar con nosotros, con cada parte de nuestras esperanzas. Peleamos hasta el final, peleamos por nosotros, por ser algo más que humanos, por demostrar que podíamos con todo lo que el frío viento del Norte nos trajera.
Sin rendirnos, hacia delante, sin mirar demasiado atrás (sólo un poco, lo justo y necesario).
Fuimos nosotros, y nadie más.